lunes, 4 de mayo de 2015

La Media Cobija


Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa.
Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.
Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado
por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los setenta años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas,
solo y lleno de recuerdos.
Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión,
pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su
vida pedir un favor a su hijo.

Don Roque tocó la puerta de la casa donde vivía su hijo con su familia.
-¡Hola papá!
¡Qué milagro que vienes por aquí!
-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo,
además estoy cansado y viejo.
-Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos,
ya sabes que esta es tu casa.
-Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
-Entonces ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes?
¡me siento tan solo!
-¿Quedarte a vivir aquí?, sí... claro...
pero no sé si estarías a gusto, tu sabes, la casa es chica mi esposa es muy especial...
y luego los niños..
-Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí,
alguien me tenderá la mano.
-No padre no es eso, solo que, no se me ocurre dónde podrías dormir.
No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían,
o solo que no te moleste dormir en el patio.
-Dormir en el patio está bien.

-El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de doce años.
-Dime papá.
Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros.
Tráele una cobija para que se tape en la noche.
Sí con gusto. ¿Y donde va a dormir?
-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.
Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos.
En ese momento llegó su padre.
-¿Qué haces Luis?
¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?
-Sabes papá, estaba pensando...
-¿Pensando en que?
-En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a
mi casa..

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