lunes, 29 de junio de 2015
BOLETA DE CALIFICACIONES
Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo
-“No olviden venir a la reunión de mañana, es obligatoria
- fue lo que la maestra me había dicho un día antes.
-“¡Pues qué piensa esta maestra!
¿Cree que podemos disponer fácilmente del tiempo a la hora que ella diga?
Si supiera lo importante que era la reunión que tenía a las 8:30.
De ella dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra
presencia y empezó a hablar.
No recuerdo qué dijo, mi mente divagaba pensando cómo resolver ese negocio tan
importante, ya me imaginaba comprando esa nueva televisión con el dinero que
recibiría.
Juan Rodríguez!” -escuché a lo lejos -“¿No está el papá de Juan Rodríguez?”
-Dijo la maestra. “Sí aquí estoy”- contesté pasando al frente a recibir la boleta de mi hijo.
Regresé a mi lugar y me dispuse a verla. -“¿Para esto vine? ¿Qué es esto?”
La boleta estaba llena de seises y sietes.
Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona
viera las porquerías de calificaciones que había obtenido mi hijo.
De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba: “Pero ¡si le doy todo!
¡Nada le falta! ¡Ahora sí le va a ir muy mal!”
Llegue, entré a la casa, azoté la puerta y grité: -“¡Ven acá Juan!”
Juan estaba en el patio y corrió a abrazarme. -“¡Papá!” -“¡Qué papá ni que nada!”
Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no sé cuantos azotes le di al mismo tiempo que
decía lo que pensaba de él. “¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!!”
-Terminé. Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se metió a la cocina.
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa se acercó y entregándome la
boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco, me dijo:
-“Léele despacio y después toma una decisión...”.
Al leerla, vi que decía:
BOLETA DE CALIFICACIONES Calificando a papá:
Por el tiempo que tu papá te dedica a conversar contigo antes de dormir: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para jugar contigo: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ayudarte en tus tareas: 6
Por el tiempo que tu papá te dedica saliendo de paseo con la familia 7
Por el tiempo que tu papá te dedica en contarte un cuento antes de dormir 6
Por el tiempo que tu papá te dedica en abrazarte y besarte 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para ver la televisión contigo: 7
Por el tiempo que tu papá te dedica para escuchar tus dudas o problemas 6
Por el tiempo que tu papá te dedica para enseñarte cosas 7
Calificación promedio: 6.22
Los hijos habían calificado a sus papás.
El mío me había puesto seis y sietes (sinceramente creo que me merecía cincos o menos)
Me levanté y corrí a la recamará de mi hijo, lo abracé y lloré.
Me hubiera gustado poder regresar el tiempo... pero eso era imposible.
Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó
y me dijo: -“¡Te quiero papito" Cerró sus ojos y se durmió.
¡Despertemos papas!
Aprendamos a darle el valor adecuado aquello que es importante en la relación con
nuestros hijos, ya que en gran parte, de ella depende el triunfo o fracaso en sus vidas.
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